lunes, 20 de junio de 2011

El primer día.

Hay días iluminados por pequeñas cosas, nimiedades que te hacen increíblemente feliz: una sobremesa con risas, un juguete de la infancia que aparece en una estantería, una mano que aprieta la tuya, una llamada que no esperabas, unas palabras dulces...Hay días iluminados por pequeños momentos de gracia, un aroma que te alegra el alma, un rayo de sol que entra por la ventana, el ruido de un chaparrón cuando estás aún en la cama, la llegada de la primavera y sus primero brotes.

Hay días hechos de nimiedades, días de los que uno se acuerda mucho tiempo sin que pueda saber verdaderamente por qué.

Hay días hechos de nimiedades y que llenan el alma de melancolía, momentos de soledad de los que uno se acuerda durante mucho, mucho tiempo.


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